A los que violan habría que matarlos directamente, no tienen cura. A esos pendejos que andan drogados con un arma, que tienen impunidad para robar y matar a la buena gente, también. A toda esa lacra que no podemos controlar, habría que hacerla desaparecer.
Suena terrible. ¿O no? Me revuelve el estómago saber que hay personas que creen que el Estado (persona jurídica integrada por personas físicas) puede decidir quitarle la vida a alguien.
La finalidad de la pena es aún hoy uno de los temas más discutidos del derecho penal por juristas mucho más capacitados que cualquiera de nosotros. Pero además, las cárceles son (o deberían ser) para protección de la sociedad y rehabilitación de los reos, no para desaparecer a aquellos que no sabemos integrar.
Acepto, sin embargo, y aunque este principio esté plasmado en muchos de los tratados internacionales y legislaciones de todo el mundo, que pueda discutirse. Pero, bajo ningún punto de vista, me parece aceptable la pena de muerte.
Robert Graham Hodgson pasó 27 años en la cárcel condenado por un crimen que, hace unos días, gracias a pruebas de ADN que antes no existían, se comprobó que no había cometido. Y esto sucedió en Inglaterra, un país “desarrollado” con un sistema jurídico mucho más eficaz que el nuestro. Cuando la pena de muerte figura en la legislación de un país, es el castigo correspondiente al delito de homicidio. A ese podre tipo nadie le devuelve la libertad que le quitaron durante 27 años, pero menos aún podrían devolverle la vida.
Lo que me indigna más que nada, es que acá, en la Argentina, buscamos chivos expiatorios, la venganza como consuelo y nos importa muy poco ahondar en el asunto y entender que el juicio humano no es infalible, que incluso la pena privativa de libertad podría no ser necesaria en una sociedad equitativa y justa. Y que es, desde todo punto de vista, al menos cuestionable su legitimidad.
Me gustaría que los irracionales, fanáticos y omnipotentes seres humanos que comulgan con semejante aberración, fueran por un solo día Robert Graham Hodgson, pero que en vez de pasar 27 años en la cárcel, se enfrenten, después de bastante tiempo de apelaciones inútiles, a la inyección letal.
No es que quiera que los maten, ya dije que no estoy de acuerdo con eso. Pero estoy segura que entonces, sus insostenibles principios, basados en totalitarias y extremistas ideas, irían a parar, junto con la prepotencia y “valentía” con que condenan a los demás, a la re mismísima mierda.
Suena terrible. ¿O no? Me revuelve el estómago saber que hay personas que creen que el Estado (persona jurídica integrada por personas físicas) puede decidir quitarle la vida a alguien.
La finalidad de la pena es aún hoy uno de los temas más discutidos del derecho penal por juristas mucho más capacitados que cualquiera de nosotros. Pero además, las cárceles son (o deberían ser) para protección de la sociedad y rehabilitación de los reos, no para desaparecer a aquellos que no sabemos integrar.
Acepto, sin embargo, y aunque este principio esté plasmado en muchos de los tratados internacionales y legislaciones de todo el mundo, que pueda discutirse. Pero, bajo ningún punto de vista, me parece aceptable la pena de muerte.
Robert Graham Hodgson pasó 27 años en la cárcel condenado por un crimen que, hace unos días, gracias a pruebas de ADN que antes no existían, se comprobó que no había cometido. Y esto sucedió en Inglaterra, un país “desarrollado” con un sistema jurídico mucho más eficaz que el nuestro. Cuando la pena de muerte figura en la legislación de un país, es el castigo correspondiente al delito de homicidio. A ese podre tipo nadie le devuelve la libertad que le quitaron durante 27 años, pero menos aún podrían devolverle la vida.
Lo que me indigna más que nada, es que acá, en la Argentina, buscamos chivos expiatorios, la venganza como consuelo y nos importa muy poco ahondar en el asunto y entender que el juicio humano no es infalible, que incluso la pena privativa de libertad podría no ser necesaria en una sociedad equitativa y justa. Y que es, desde todo punto de vista, al menos cuestionable su legitimidad.
Me gustaría que los irracionales, fanáticos y omnipotentes seres humanos que comulgan con semejante aberración, fueran por un solo día Robert Graham Hodgson, pero que en vez de pasar 27 años en la cárcel, se enfrenten, después de bastante tiempo de apelaciones inútiles, a la inyección letal.
No es que quiera que los maten, ya dije que no estoy de acuerdo con eso. Pero estoy segura que entonces, sus insostenibles principios, basados en totalitarias y extremistas ideas, irían a parar, junto con la prepotencia y “valentía” con que condenan a los demás, a la re mismísima mierda.
irracionales, fanáticos y omnipotentes..somos noostros( los que opinamos emocionalmente agotados por la impunidad creciente y devastadora) los irracionales, fanáticos y omnipotentes. mmm, habría que reformular el juego y ver minuciosamente qué adjetivo utilizamos para cada jugador.
ResponderEliminarbesosss
sofi
Creo que pueden ser entendibles muchas opiniones diferentes respecto de este tema, NO COMPARTO NADA CON LOS QUE APOYAN LA PENA DE MUERTE. Entiendo a aquellos que piden cosas como, mas cárcel, bajar la edad de imputabilidad etc. por sentir miedo por que aquellos responsables hacer algo por la seguridad social no lo hacen, pero, acá es donde se confunden las responsabilidades... una sociedad excluyente al mango como la nuestra donde por nuestro costado se pasea un mini cooper mientras otros piden para comer, es una patada en el estomago. Yo siempre lo dije si me tocara ser cartonera, me hago chorra por que ni en pedo revuelvo mierda mientras otros pasan su vida de una forma que compromete al resto de la sociedad.
ResponderEliminarAhora bien, hay que ser ingenuo para pensar que todo lo que nos pasa es producto de una sociedad que de golpe se volvió loca, mejor seria mirar y darse cuenta que en este sistema (construido y mantenido por poderosos) tu destino lo marca, en principio, la familia en la que te toco nacer, si naciste en una flia pobre de la villa, ahí te vas a quedar y no hay nada que puedas hacer, por que de pedo podemos hacer algo por nuestra vida los que nacimos en alguna flia con algo de educación y algunas posibilidades. Todo esto significa que..., en cierta forma, no digo que sea si o si, no somos artífices de nuestro destino, pocas posibilidades tenemos de modificar nuestras condiciones de vida y posibilidades económicas, REPITO! no digo que sea para todos los casos, solo hablo en general.
Entonces muchachos!! Comencemos una oración a DIOS para que en la reencarnación no nos toque ser villeros y pasar a ser parte de la mugre que rebalsa las cárceles, por que son ellos los que van presos, la gente de plata comete los peores crímenes y los mas dañinos socialmente y sin embargo pocos terminan presos.
India
Este tema me indigna... me indigna la señora del teléfono que sale a despotricar, me indignan los artistas que la defienden, me indigna que la única solución que se encuentre a la inseguridad sea la "mano dura", meindignan mis viejos y algunos de su generación que dicen "con los militares estábamos mejor". ¿No hemos aprendido nada?? Se ve que no... muy triste de nuestra parte.
ResponderEliminarBesos... Ceci