Mi novio es un amor. Me trae de su oficina toda la basura en la que yo jamás gastaría un centavo (bueno, debo confesar que alguna vez lo gasté). Léase revistas tales como “Gente”, “Para Tí”, “Susana”, etc.
Todavía no entiendo si espera que de mirar tantas minas divinas en bolas y leer tantas pelotudeces se me contagie (lamentablemente, lo primero no es contagioso) o sí solo quiere darme letra.
Realmente me cuesta creer que alguien con supuesto criterio editorial pueda poner en una página algunos de los últimos gritos de la moda, en este caso los “Hot short” (que sólo son "hot" en las modelos de la revista, porque en la mayoría de las mujeres serían un chiste) y en la siguiente, “La muerte que conmueve al mundo”. Nada más y nada menos que una nota sobre el asesinato lento y perverso de un bebé de poco más de un año por parte de sus padres… yo intentaba despegar, con el pulgar húmedo, la página que seguramente había quedado adherida en el medio, pero no, no había nada.
Me cagó la tarde mi amorcito. ¿Por lo del bebé muerto? No, no. Eso ni lo leí. Lo que me amarga es ver esos cuerpos irreales que yo nunca voy a tener y esa ropa increíble que jamás podré pagar. Obviamente la ropa no la usan estas chicas, ellas no llevan casi nada. Lo mínimo indispensable para que no califiquen estas joyas de la literatura como ediciones triple X.
Por supuesto, mi reacción es la previsible en cualquier mujer con un poco de orgullo y cierto nivel tolerable de envidia: ODIO. Odio brotando lentamente y carcomiendo toda esa seguridad que tanto nos cuesta construir. “Ese culo tiene photoshop”, “no puedo creer que un par de prótesis mamarias hagan que este bagre esté en la página de una revista y encima cobre!” y comentarios por el estilo.
Pero también me indigna que estas publicaciones tengan tantos compradores y, lo más llamativo, que la mayoría de ellos sean mujeres. Después de algunos meses, deberíamos darnos cuenta que es una vil mentira que haya trucos para tener el cuerpo de Pampita o la cara de Araceli. Hay que nacer de gente linda y tener plata para vivir en un tira y afloje con el paso de los años, no hay otra. Deberíamos poder ver que por más que leamos y leamos la maravillosa vida de Juanita Viale o de María Vázquez, no se producirá ninguna transferencia mágica que nos ponga en una situación siquiera similar a la de esas turras.
De todos modos, estos ataques se me pasan bastante rápido. Me recuerdo a mí misma que no quiero ser así. ¡Prefiero un poco menos -bueno bastante menos- tetas y más cerebro para ser consciente de mi desgraciada mediocridad y criticarlas con un poco altura! (Altura intelectual, obvio, si midiera más de 1,70 mts. sería modelo y no perdería el tiempo escribiendo huevadas).
Todavía no entiendo si espera que de mirar tantas minas divinas en bolas y leer tantas pelotudeces se me contagie (lamentablemente, lo primero no es contagioso) o sí solo quiere darme letra.
Realmente me cuesta creer que alguien con supuesto criterio editorial pueda poner en una página algunos de los últimos gritos de la moda, en este caso los “Hot short” (que sólo son "hot" en las modelos de la revista, porque en la mayoría de las mujeres serían un chiste) y en la siguiente, “La muerte que conmueve al mundo”. Nada más y nada menos que una nota sobre el asesinato lento y perverso de un bebé de poco más de un año por parte de sus padres… yo intentaba despegar, con el pulgar húmedo, la página que seguramente había quedado adherida en el medio, pero no, no había nada.
Me cagó la tarde mi amorcito. ¿Por lo del bebé muerto? No, no. Eso ni lo leí. Lo que me amarga es ver esos cuerpos irreales que yo nunca voy a tener y esa ropa increíble que jamás podré pagar. Obviamente la ropa no la usan estas chicas, ellas no llevan casi nada. Lo mínimo indispensable para que no califiquen estas joyas de la literatura como ediciones triple X.
Por supuesto, mi reacción es la previsible en cualquier mujer con un poco de orgullo y cierto nivel tolerable de envidia: ODIO. Odio brotando lentamente y carcomiendo toda esa seguridad que tanto nos cuesta construir. “Ese culo tiene photoshop”, “no puedo creer que un par de prótesis mamarias hagan que este bagre esté en la página de una revista y encima cobre!” y comentarios por el estilo.
Pero también me indigna que estas publicaciones tengan tantos compradores y, lo más llamativo, que la mayoría de ellos sean mujeres. Después de algunos meses, deberíamos darnos cuenta que es una vil mentira que haya trucos para tener el cuerpo de Pampita o la cara de Araceli. Hay que nacer de gente linda y tener plata para vivir en un tira y afloje con el paso de los años, no hay otra. Deberíamos poder ver que por más que leamos y leamos la maravillosa vida de Juanita Viale o de María Vázquez, no se producirá ninguna transferencia mágica que nos ponga en una situación siquiera similar a la de esas turras.
De todos modos, estos ataques se me pasan bastante rápido. Me recuerdo a mí misma que no quiero ser así. ¡Prefiero un poco menos -bueno bastante menos- tetas y más cerebro para ser consciente de mi desgraciada mediocridad y criticarlas con un poco altura! (Altura intelectual, obvio, si midiera más de 1,70 mts. sería modelo y no perdería el tiempo escribiendo huevadas).
un final excelente! jajaja me rei mucho.
ResponderEliminarAhora decime que si te dan laburo en una Para Ti escribiendo esas boludeces no lo tomarias??
Javi
seguro! escribiría pavadas por plata. Acá las escribo gratis!
ResponderEliminarMe alegra que te hayas divertido, Javi
Me encanto!!!! Muy gracioso y muy cierto ajjaaj y te digo que somos varias las "Tanas",me alegro que lo puedas canalizar de esta forma, ya buscare la mia para no torturarlo a Mario. Mariana de VCP
ResponderEliminarSi yo fuera Kate Moss, no me hablás si no sos -mínimo- Jhonny Deep. Ahora, un otario que mire a Tinelli para sacar su modelo de mujer,a mí que ni me mire el culo con ojo crítico.Para mí, lo peor son los modelos de belleza: tiránicos y absurdos para la mujer que los compra, los sostiene y los encarna un paso más allá de la salud mental...elásticos y flexibles para las hombres: a algún hombre puede gustarle una mujer derruida de arrugas como a mi me gusta Keith Richards??
ResponderEliminarNo hay que comerse ninguna....
Evange
Mirá Nati, la verdad es que después de poner el lavarropas 3 veces seguidas, haber planchado, limpiado, etc, etc; y mañana repetir la historia... me hubiese encantado ser Juanita Viale o cualquier otra mina siliconada y más hueca... total el cerebro se te exprime lo mismo!!
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