miércoles, 7 de enero de 2009

"Marqueting viral"

¿De verdad un jabón en polvo puede ser revolucionario? Puedo aceptar que lo sea un polvo, pero no precisamente el de lavar la ropa.
Entre el vocabulario flogger, la globalización y la publicidad están logrando que me transforme en una fundamentalista pro RAE. Nunca fui partidaria del academicismo o de las estructuras inútiles que tornan trunco el presente sacrificándolo a un pasado que, sólo por una nostalgia sintomática de apatía, parece ser mejor. Pero, por alguna razón ridícula de mi parte, me parece que revolucionaria fue la teoría heliocéntrica de Copérnico, no el detergente más rendidor.
Pueden llamarme conservadora si les place, pero que me manden un mensaje de texto en el que leo “hola k tal”, me pone los pelos de punta. La k es para escribir kilo, ¿no lo aprendieron en primer grado? Y para qué les cuento cuando el mandato de consumo viene de la mano de metáforas tan paupérrimas como las de que un determinado auto es sinónimo de libertad o que una bebida, que a mí no ha logrado más que producirme tremendas resacas, va a hacer que Brad Pitt me declare matrimonio.
¡Me da asco!
Libertad fue quizás lo que lograron los griegos durante el esplendor de la democracia en las polis. Libertad, tal vez, es un ideal por el que peleó Oscar Wilde desde la literatura, Mandela desde el pacifismo, los estudiantes en Mayo del 68 y hasta los revolucionarios cubanos por las armas contra la dictadura de Batista (que viene al caso por la fecha y representa, aunque con otros resultados, distintos movimientos en contra de los nefastos gobiernos militares en América Latina). Pero no me vengan con que la libertad es algo que voy a sentir por pagarle un montón de plata a Fiat o a Renault y quedar atada a un banco privado que me va a comer con los intereses. Eso es comodidad, a lo sumo confort y no tiene un carajo que ver con la libertad.
Los eufemismos baratos, la vagancia traducida en apretar un tecla menos, la apelación a sentimientos, o incluso a pulsiones humanas, y la evocación a valores e ideales que casi no tienen lugar en el presente con el fin de conmoverme y venderme tanta mierda que mañana será obsoleta, revuelve todo lo que trato de meter bajo la alfombra de la conciencia y me provoca deseos animales de vociferar palabrotas y obscenidades a los cuatro vientos.
Pero no voy a sucumbir. Hay que hablar bien y llamar a las cosas por su nombre, ¡carajo!

4 comentarios:

  1. muy bueno!
    Además, esta vez no me pegaste a mi :)
    Hernán

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  2. Buena Nati!... estaba mejor cuando le pegabas a Hernan. Vas bien.
    De todas formas, yo como publicitario, tengo que decirte que en parte tenes razon con lo que decis, pero por algun lado hay que entrarle a la gente

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  3. jajaj grande Her...
    El blog esta bueno, es como que nos vamos enterando de todo lo que pasa en ese dpto de Ayacucho.. una especie de NatihernanShow...

    lástima esta edición que la liga la publicidad...

    PD: Her fue un palo encubierto.. vos en que laburas?

    Javier

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  4. No se supone que ella se llama MAria Leticia para evitar que hagan comentarios del tipo bien NAti!????leo el blog, y como comparto un cierto recelo/irritación por la gente desatinada no puedo dejar de comentar los comentarios. Mon dieu!

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