lunes, 22 de diciembre de 2008

Donde hay cenizas, ¿qué queda?

Hay una cosa que verdaderamente me desquicia y es el desorden. Pero, ¡ojo! Aunque rayo la conducta obsesiva, me permito irme a dormir y dejar los platos sucios.
Hablo más bien de la desidia, de la apatía absoluta. Por ejemplo, no logro que mi novio vacíe los ceniceros antes de irse a dormir o llene las botellitas de agua que toma cual maratonista. Por ende, me despierto a la mañana con un intenso aroma a tabaco que perfuma todo nuestro reducido comedor.
Tengo la maldita costumbre –como la mayoría de las mujeres- de hacer yo lo que no hace el otro. Pero unos días atrás, a punto de vaciar el cenicero en el tacho, me dije “no, señor. Que lo haga él”.
Como no soporta que le diga algo cuando recién se levanta, puse la mejor cara de mujer enamorada que me salió y le pedí amablemente: “mi amor, ¿podés vaciar el cenicero?”. Al lado, por supuesto, había una botella vacía.
Él sólo respondió con un suspiro y agarró el cenicero para llevarlo a la cocina. Obvio, sólo el cenicero. ¡Juro que la botella de agua estaba como mucho a diez centímetros de distancia!, pero no, no se dio cuenta.
Por supuesto, inmeditamente, agregué: “¿podés llevar también la botella, gordo?", su respuesta fue un suspiro más profundo y fastidioso que el anterior. Ahí comenzó mi discurso cotidiano sobre todo lo que yo hago, más todo lo que debo hacer porque no lo hace él, con lo cual, el día, comenzó con una nueva, aunque conocida, crisis de pareja.
Ahora, no me digan que lo mío es obsesivo. Lo único que pido es que, ya que yo lavo, no deje la ropa tirada y la lleve al lavadero; ya que yo barro, no me deje los 29 calzados que usa diariamente desparramados por el comedor o escondidos debajo de la cama; ya que yo limpio los muebles, no deje los viajes usados de subte, los boletos de colectivos, los apuntes, las llaves, los cigarrillos, el reproductor de mp3, el celular y las malditas botellas de agua vacías sobre cada centímetro desocupado que encuentra en un mueble!!!
¿Es mucho pedir un poco de compasión y un mínimo de colaboración?
Por cierto, odio también que, gracias a éste tipo de discusiones, los hombres se la pasen despotricando sobre lo “rompe pelotas que son las mujeres”, pero ese es otro tópico para rebatir largo y tendido.

4 comentarios:

  1. Pero que nota tan dura che!
    Lo primero que pensé después de leerla es tirar todas las "botellitas" por la ventana. Aunque, razonado bien tu escritura llegue a la conclusión de que tu manera de "escupir" el odio es digna de un ser humano civilizado. Que fácil (y menos dañino) sería que todos canalicemos nuestras broncas a través de la tinta, o, como en este caso, en mediante un blog, no? Bueno mi vida, te felicito por tu primer "experiencia" flogger. Te amo! Hernán (el desordenado).

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  2. pero queridísimo, vos no tenés que canalizar nada, es ella la que debe "escupir" las broncasss acumuladas !! por cierto deberiamos tener cuidado con el medio ambiente..lo que provocan las botellas de agua y la contam. ambiental!
    besotes

    Sofi

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  3. jaj!!! me encanto !!! y mas el cometario de Hernana!! aguante la convivencia...
    a lo que nunca podré llegar..
    Ana

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  4. "Maria Leticia", me hice un ratito para chusmear tu blog (perdón por la demora). Sobre lo dicho en "Donde hay cenizas..." tengo mi primera y única conclusión: "Hay que saber ceder o morir soltero...". Saludos!
    Juan Pablo (el pelado)

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